Así, con esa serie de condiciones, ambos equipos resultaron beneficiados de la unión, y el Athletic pudo sobrevivir a la Guerra y convertirse en un equipo fuerte y competitivo. Adoptó su nombre actual en 1942, después de un acuerdo de fusión con el Athletic FC. Una semana después, pese a la derrota del conjunto ché en Oviedo, el Atlético no pudo pasar del empate a cero contra el Granada en el Metropolitano.