Sin embargo, las lesiones mermaron mucho al equipo, que no cuajó una buena temporada. Dos días después, golearon por 6-1 al mismo equipo, e incluso Zamora jugó de portero en la primera mitad. En 1928 se produjo la definitiva implantación del profesionalismo, con la creación tras muchas vicisitudes de la Liga Española: se acordó que fundarían la Primera División aquellos clubes que al menos hubieran sido finalistas del Campeonato de España.